Sociedad Del Conocimiento + Conectivismo + Pensamiento Complejo = Docente 4.0

La historia nos muestra lo cambiante que ha sido la sociedad, experimentando transformaciones en forma constante (Tedesco, 1999); es así como de la sociedad feudal se pasó a la sociedad preindustrial, después a la sociedad industrial y actualmente se vive en la sociedad de la información. Esta última etapa de cambio, podemos ubicarla a partir de los años setenta del siglo XX cuando comienzan a aparecer las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) (Tobón, 2013). La actual sociedad de la información se caracteriza por el valor generado por los datos a partir de su pesquisa, recopilación, clasificación, preservación y aplicación en diversas situaciones de la vida cotidiana, empleando la tecnología informática (Colás, 2003). Sin embargo, el reto es llegar a la sociedad del conocimiento (Marcelo, 2001). En esta nueva fase de la sociedad el valor más apreciado será el conocimiento que permita resolver problemas con un enfoque colaborativo, sistémico y ético, con el fin de que los individuos alcancen su realización personal en la medida que contribuyen al tejido social y a la sustentabilidad ambiental.

Las instituciones de enseñanza superior, atendiendo los cambios sociales, económicos y tecnológicos, han debido adaptar los procesos educativos a las nuevas circunstancias. Estas innovaciones configuran un nuevo contexto donde la presencia de las telecomunicaciones, la necesidad de formar profesionales para tiempos de cambio, así como la continua actualización de los mismos, exigen nuevos procesos de enseñanza -aprendizaje y también nuevos modelos que se adecuen a ellos.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la Educación (TICE), definitivamente han modificado el proceso educativo. El mundo de la educación no puede dejar de reconocer la realidad tecnológica de hoy, no solo como objeto de estudio, sino también como instrumento del que valerse (García Aretio, 2002). El conocimiento ya no está limitado a aquellos que tienen posibilidades de acceder a la información que reposa en bibliotecas o facultades. El acceso a todo tipo de conocimientos se ha facilitado enormemente, aunque estas facilidades para enseñar y aprender también comportan riesgos.

De pronto, en el primer semestre del año en curso, las universidades, se vieron enfrentadas a la obligación de introducir cambios que les permitieran sobrevivir a la pandemia del Covid 19, incorporando nuevos modelos educativos que satisfagan las necesidades de los alumnos y las demandas de la sociedad.

La pandemia del COVID 19 salteó varios episodios de una serie cuya final era previsible: la educación virtual u “on line”. En no más de un mes, profesores, alumnos y las instituciones de educación superior tuvieron que anticiparse a una modalidad de enseñanza-aprendizaje que tarde o temprano iba a llegar y en la que muchos venían trabajando, pero que se vislumbraba para bastante más adelante en el tiempo.

El docente tradicional asume la función de diseño, planificación, aplicación y evaluación, esta omnipresencia del profesor dueño del saber, cambia en el momento actual, dejando paso al trabajo colaborativo de un equipo docente, donde aparecen nuevos roles a ser asumidos. En esta coyuntura, el estudiante juega un rol proactivo, y el papel del docente no es enseñar, sino que su tarea consiste en propiciar que los alumnos aprendan (Dávila,2000).

La intervención didáctica del profesor ha de dirigirse a seleccionar el método y los procedimientos que sean más adecuados para lograr la motivación y la actividad por parte del estudiante, con el fin de que los estudiantes adquieran de manera autónoma las competencias transversales y específicas necesarias para la profesión y para la vida. En eso precisamente consiste el reto, en diseñar experiencias de aprendizaje en las que el estudiante pueda, a partir de sus formas de ser, de ver y de comprender la realidad – que también han de cambiar y perfeccionarse – construir nuevos aprendizajes significativos (De Miguel, 2005).

Para realizar un análisis que interrelacione las distintas variables de modo que permita definir los aspectos estructurales y coyunturales para el desarrollo de un modelo educativo a distancia para la docencia en tiempos de COVID-19, pero también de aplicación en la postpandemia, utilizaremos el esquema FODA.

Entre las fortalezas de la educación virtual, podemos citar:

– Accesibilidad permanente a infinidad de recursos, multimedios e información – que pueden ser elaborados por los mejores especialistas – que ayudará a ampliar los conocimientos en forma significativa, al tener a disposición la mayor biblioteca jamás imaginada: la red.

– Apertura a diferentes entornos, niveles y estilos de aprendizaje.

– Atenúa lo que para muchos puede suponer la presión del grupo.

– Estimula el autoaprendizaje.

– Desarrolla la capacidad de pensamiento crítico, destrezas de investigación y análisis de información, uso de herramientas tecnológicas, además de la capacidad para resolver problemas prácticos.

– La práctica del lenguaje audiovisual ejercita actitudes perceptivas múltiples, provocando constantemente la imaginación y la afectividad.

– Permite acceder a cursos o programas en otras ciudades o países, de docentes reconocidos en temas específicos o de universidades de prestigio.

– Al observar y responder a las participaciones de los demás, permite apreciar diferentes puntos de vista sobre un tema que se pueden tomar en consideración para el progreso del aprendizaje.

– Centrado del proceso educativo en el estudiante, quien no se limita a recibir información del profesor, sino que son también responsables de la construcción de los conocimientos que adquieren, marcando su propio ritmo de aprendizaje.

– Facilita la adecuación de los modelos de enseñanza-aprendizaje a la realidad.

– Favorece la reflexión en los distintos momentos del proceso educativo y el trabajo colaborativo.

– Flexibilidad de espacios, tiempo y ritmos para combinar familia, trabajo y estudio, disponible 24 x 7, permitiendo aprender cuando quiera y en el lugar que quiera evitando la rigidez de espacio y tiempo.

– Permite a los centros educativos ampliar su oferta de formación a aquellas personas que no pueden acceder a sus cursos presenciales.

– No hay interrupción de actividades y siempre se concluyen los programas de estudio

– Permite superar las vallas de las capacidades diferentes de los estudiantes.

– Posibilidad de adecuar la educación a la cadencia y estilo de cada estudiante.

– Posibilita la interactividad instantánea (sincrónica) o retardada (asincrónica), permitiendo en este último caso, participaciones en forma meditada.

– Propicia a que el estudiante pase de receptor de información a poseer la capacidad de buscar, seleccionar y recuperar inteligentemente la información.

Lo antedicho se deriva en las oportunidades indicadas a continuación:

– Permite superar la calidad de los cursos presenciales.

– Acceso a entornos educativos no alcanzables en la actualidad.

– Consolidación de un marco socioeconómico que favorece el crecimiento de la educación virtual, como corolario de una sinergia positiva.

– Disminuye los costos en desplazamientos.

– Contribuye a la democratización de la educación y de la información.

– Evita los impactos negativos de la dispersión geográfica.

– Facilita la comunicación estudiante-docente en un entorno más familiar para el estudiante, como lo es el tecnológico.

– Incorporación permanente de los avances en TICE que facilitan el proceso educativo.

Pero también podemos encontrar debilidades, como ser:

– Algunas dificultades en la transmisión de habilidades y actitudes ya que se centra en transmitir conocimientos.

– Alta reutilización de materiales, lo que puede provocar desactualización de los mismos.

– Carencia de contacto humano directo en el proceso de formación que disminuye el factor de integración social del estudiante.

– Demanda una adecuada organización de la utilización del tiempo por parte del estudiante.

– Disminuye el grado de identidad del estudiante con la institución educativa.

– Dificultad para verificar si las actividades son realizadas por el propio estudiante.

– Dificultad de instrumentar el modelo de evaluación educativo más adecuado en sus tres momentos: inicial (diagnóstica), continua (formativa) y final (sumativa).

– Necesidad de estudiantes fuertemente automotivados.

– Necesita una mayor destreza y un mayor conocimiento tecnológico del docente y del estudiante.

– Requerimiento de equipamiento informático con requisitos específicos.

– Requiere de esfuerzos adicionales para lograr interacción entre los estudiantes.

– Requiere mayor dedicación de tiempo y más trabajo por parte del docente.

En cuanto a las amenazas, podemos encontrar:

– Brecha digital entre inforricos e infopobres, que se pueden derivar en una brecha educativa, excluyendo a una parte de la población.

– Tecnófobos, tecnófilos y tecnólatras coexistiendo, interactuando y compartiendo.

– Calidad insuficiente en algunas zonas geográficas de la conexión a internet.

– Costo de conexión a internet relativamente elevado para el estudiante.

– Dificultad de transmitir y conservar determinados valores sociales.

– Cuerpo docente poco capacitado para este proceso de enseñanza-aprendizaje.

– Deficiencias en las bases de datos actualizadas de correos o teléfonos de los estudiantes.

– Falta de una estructura pedagógica adecuada, diseñada intencionalmente, teniendo en cuenta los procesos cognitivos y las formas de aprender de los estudiantes.

– Discontinuidad en la capacitación de los contenidistas en producir materiales adecuados para el autoaprendizaje.

– Los rápidos cambios en la tecnología, que obligan a una permanente actualización.

– Estudiantes formados en modelos presenciales que no están capacitados para desenvolverse en este sistema educativo.

– Extensa dedicación horaria a otras actividades durante la jornada, que, debido a la flexibilidad de la educación virtual, hace que se le destine a ésta, el «tiempo basura»

– Falta de credibilidad en el sistema educativo a distancia.

– Fallas en los servicios ofrecidos por las plataformas y caídas ocasionales de los servidores.

– Falta de competencias en el uso de las TICE, de las herramientas informáticas y en la búsqueda de información en la red.

– La pasividad frente a la educación virtual que se percibe como un «medio fácil»

– Legislación que muchas veces no reconoce esta nueva metodología educativa.

– Falta de una estructura pedagógica adecuada, diseñada teniendo en cuenta los procesos cognitivos y las formas de aprender de los estudiantes.

– La retroalimentación por parte del docente no es constante. La demora en las respuestas a las dudas o la devolución de las tareas puede causar frustración o incluso inducir a más errores por parte del estudiante.

– Mala imagen de este sistema educativo considerado como un sistema educativo marginal.

– Mayor impacto que en la formación presencial, de la falta de motivación de los estudiantes.

– Resistencia inicial de algunos docentes sobre la puesta en marcha de la modalidad.

El funcionamiento óptimo de los sistemas educacionales es una prioridad de los países para garantizar la preparación de ciudadanos para sobrevivir en sociedades complejas.

En este marco, la universidad emerge como una institución abierta a las demandas de su contexto y con grados crecientes de autonomía, manifestación de uno de los cambios más significativos que se sucedieron en los sistemas educativos.

En respuesta a estas transformaciones, la reconceptualización del rol del profesor es una exigencia de los procesos de descentralización, de autonomía en la gestión y de los cambios que están ocurriendo en los procesos de enseñanza y aprendizaje, y está íntimamente relacionado a las tendencias didácticas, que hacen referencia al conjunto de ideas y postulados que direccionan la labor pedagógica en un sentido particular. Se refiere a un modo específico de entender la educación y el currículo como elementos que vinculan la teoría y la práctica educativa (Pirela, 2006).

Dos de la tendencias pedagógicas más relevantes en este momento, son el constructivismo y el conectivismo, cuyas principales características se presentan en el siguiente cuadro:

 

CONSTRUCTIVISMO

CONECTIVISMO

REFERENTE TEORICO

Jean Piaget

George Siemens

FINALIDAD

Fomenta la reflexión. El contexto y el contenido dependen de la construcción del conocimiento.

Se basa en las teorías del caos, la complejidad, la auto-organización y las redes sociales.

ROL DEL DOCENTE

Moderador, coordinador, facilitador mediador y al mismo tiempo participativo. La construcción del conocimiento se logra con planteamientos de problemas, dilemas y conflictos para ayudar al aprendizaje. Orienta y favorece que el alumno construya su propio conocimiento, generando en el estudiante autoconfianza y respeto

Formar a los estudiantes para que generen y mantengan sus propias redes de aprendizaje y las continúen utilizando a lo largo de su vida.

ROL DEL ESTUDIANTE

Interactuar en el desarrollo de la clase para construir, crear, favorecer, liberar, inquirir, criticar y recapacitar sobre comprensión de estructuras del conocimiento.

Organizar o ser parte de redes de aprendizaje según sus necesidades lo que le permite actualizar permanentemente sus conocimientos.

OBJETIVO DE LA EDUCACION

Aprender a través de la construcción de conocimientos basados en las experiencias del estudiante, realizando actividades que son de utilidad en la realidad.

Formar al estudiante para que pase de consumidor a generador del conocimiento a través de la colaboración y cooperación con otros individuos a través de la utilización de las TIC.

 

Cada una de las tendencias, responde a un momento de la historia y a los autores en los que se fundamenta. De ese modo podemos decir – como Vygotsky – que el entorno tiene su influencia, y debemos verlo en ese contexto. Por eso entendemos que la tendencia pedagógica-didáctica utilizada en la práctica docente actual, si bien podemos encontrar desvíos debido a las propias características de cada profesor, deberíamos ubicarla en el constructivismo, pero con un muy fuerte impulso hacia el conectivismo.

Entendemos que, en la sociedad y condiciones actuales, el conectivismo es una tendencia didáctica que puede desarrollar el pensamiento complejo y el cambio social. Es un enfoque que propone la construcción del conocimiento de forma comunitaria, es decir, con otros y para los otros. El conocimiento se produce en la red y está sujeto a un proceso de constante cambio y evolución. Por eso Siemens (2004) afirma que el “aprendizaje es la red”.

 

 

 

Referencias

Colás Bravo, P. (2003). Internet y aprendizaje en la sociedad del conocimiento. Revista Científica de Comunicación y Educación (Comunicar)

Dávila Espinoza Sergio (2000). El aprendizaje significativo: esa extraña expresión utilizada por todos y comprendida por pocos. Contexto Educativo – 2006

De Miguel, M. (2005). Modalidades de enseñanza centradas en el desarrollo de competencias. Universidad de Oviedo.

García Aretio, L. (2002). Aprendizaje y Tecnologías Digitales ¿Novedad o innovación? Recuperado el 20 de julio de 2020, de Red Digital        http://ipes.anep.edu.uy/documentos/libre_asis/materiales/apr_tec.pdf

Llorente, María del Carmen, (2005) La tutoría Virtual: Técnicas, Herramientas y Estrategias. Universidad de Sevilla (España – UE)

Marcelo, C. (2001). Aprender a enseñar para la Sociedad del Conocimiento. Revista Complutense de Educación.

Pirela, J. (2006) Las tendencias educativas del siglo XXI y el currículo de las escuelas de bibliotecología, archivología y ciencias de la información en México y Venezuela. México: UNAM.

Siemens, G. (2004).  Learning and Knowing in Metworks: Changing Roles for Educators and Designers. http://it.coe.uga..edu/itforum/Paper105/Siemens.pdf. Consultado el 30 de junio de 2020.

Tedesco, J. C. (1999). Educación y sociedad del conocimiento y de la información. Memorias del Encuentro Internacional de Educación Media. Bogotá: Secretaría de Educación de Bogotá.

Tobón, S. (2013). Formación integral y competencias. Pensamiento complejo, currículo, didáctica y evaluación. Bogotá: ECOE.

Autor: Mario E. Díaz Durán

Contador Público (Universidad de la República, Uruguay). Magister en Entornos Virtuales de Aprendizaje (Universidad de Panamá). Doctor (c) en Educación Basada en Competencias en el Centro Universitario Mar de Cortés (México). Presidente de la Comisión Técnica Interamericana de Educación de la Asociación Interamericana de Contabilidad (AIC).

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