Coronateaching 2020: pensando en el 2021

Las experiencias de formación virtual diseñadas para tal fin desde su concepción ofrecen metodologías y contenidos adaptados para cubrir las necesidades y expectativas previamente detectadas. Pero la pandemia generó un cambio temporal y abrupto de la pedagogía debido a la crisis. En estas circunstancias, el objetivo no es desarrollar un sistema educativo potente y efectivo, sino más bien proporcionar acceso a los materiales de enseñanza de una manera rápida y fácil de configurar. Ante esta situaciones, se debió encontrar formas de proporcionar continuidad en la enseñanza, mientras se ayudaba al profesorado a desarrollar habilidades para trabajar y enseñar en entornos virtuales.


Por eso terminando el año 2020 y pensando en el año 2021, el objetivo era compartir los resultados obtenidos, las dificultades encontradas, las lecciones aprendidas, las cosas a corregir, el mejor consejo recibido, las buenas y también las malas prácticas.
Estos fueron algunos de los temas de nuestro último Ateneo del 2020, ese espacio que la Comisión de Educación ha instalado como una modalidad de capacitación que se caracteriza por ser un espacio de reflexión y de socialización de saberes en relación con las prácticas docentes en nuestros países.


Veamos un resumen de las opiniones vertidas:
A José María González (Argentina) le preocupa el bajo rendimiento de los alumnos en exámenes finales, en su caso las plataformas no bloquean acceso a otras fuentes de información, por lo cual debieron redefinir los formatos tradicionales, lo que ha impactado en los estudiantes. Otro cuestión es el tiempo, el trabajo contra reloj le genera presión según los estudiantes y no le permiten un rendimiento adecuado. La tecnología es otro tema que impacta: conectividad, disponibilidad de equipamiento, continuidad de servicios. Los alumnos tienen algunas ventajas: están en su casa, “duermen” mas, tiene los videos que les permiten verlos cuando quieren. En un aspecto más globalizado, es una era pandémica para varios años, lo que ha profundizado la globalización, y en materia de educación, las diferencias sociales. Se debería determinar recursos para mejorar internet y acceso a la bibliografía.
Para Leila Di Russo (Argentina) el proceso de evaluación tiene que ver con el proceso de enseñanza, los alumnos no estaban entrenados para el tipo de evaluación que se implementó. La complejidad de la evaluación en temas contables es otro tema que se pone de manifiesto. La falta de software adecuado, y el poco manejo de los alumnos de algunas herramientas (ej. Excel). Decimos que aplicamos educación a distancia, pero en realidad aplicamos educación de emergencia. Los docentes deben capacitarse, pero quizás genere una jubilación anticipada. Debemos cambiar el rol del docente, ya no seremos el “docente que lo sabe todo”. Debemos formar en valores a los estudiantes, para que salgamos adelante todos juntos. Generó también un trabajo de equipo entre los docentes. La actividad asincrónica está pensando en alumnos adultos e independientes, la actividad sincrónica piensa más en alumnos dependientes que hay que guiar. Al ingresar a las casas, las aulas pueden poner de manifiesto ciertas diferencias sociales a que a veces mortifican al alumno, lo que es un tema para considerar.


Para Eugenio Ramírez Lozano (Ecuador) la educación universitaria ha tenido un salto cuántico de la banca a la computadora. Tomo de sorpresa y sin preparación a alumnos, docentes, instituciones universitarias, gobierno y proveedores de servicios. Los problemas de conexión han sido críticos. En este año atípico, deben encontrarse formas de reforzar conocimientos, pues ha sido un semestre bajo que no ha cumplido las expectativas. Lo que se daba en forma presencial, se ha incrementado en este período en cuanto a la falta de atención de los alumnos. Manifiesta también la necesidad de que los alumnos dominen el inglés y el Excel, dos herramientas fundamentales en el ejercicio profesional.


Para Bolívar Gutiérrez (Uruguay) la virtualidad vino para quedarse, pues ha permitido una democratización, permitiendo que se alcance mayor cantidad de alumnos. En cuanto a la evaluación, debe ser analizado para superar las dificultades. Alguna medida para evitar el intercambio de información durante el examen es eliminar pruebas que vengan de un mismo IP, obligar al micrófono abierto. Mejorar las pruebas para que sea dificultoso el copiar.


Para Marco Aurelio G. Barbosa (Brasil) la evaluación siempre es un tema muy sensible, pero en la realidad la enseñanza virtual es una extensión de la clase presencial, debemos mirar lo que es importante evaluar. Lo importante es evaluar el contenido, y pensar en otras áreas de evaluación como el trabajo colaborativo. Debemos pensar en sistemas híbridos, lo que debemos cambiar es la forma y que evaluar, más rica en contenidos y procedimientos. Debemos pensar que podemos cambiar para una nueva realidad pos pandemia. No es un desafío nuevo el evaluar, desde hace años es una preocupación constante.


Yvonne Huertas (Puerto Rico) plantea algunas experiencias:
1) Negociar con las compañías la transferencia de software de los laboratorios a la nube, lo que trajo algunos problemas de marketing y de límites de las licencias a las unidades físicas de laboratorios;
2) Debemos ser una voz activa, para promover que la universidad establezca normas claras de poder grabar, obligar al estudiante a encender la cámara, por ejemplo. Es importante el acuerdo o contrato pedagógico que deje todo esto muy claro.
3) Debemos ser parte como docentes, de la sociedad civil. En ese sentido proponer a las autoridades el reducir la brecha digital, incrementando la conectividad y con el apoyo de subsidios.
4) Los pronósticos económicos, incluso antes de la pandemia, eran de crecimiento menor a los últimos años. Esto traerá dificultades a las empresas, principalmente a la Pymes, debemos apoyarlas y capacitarlas.
5) Debemos repensar y redefinir los planes de estudio, adecuándolos al momento.
6) La honestidad académica es otro problema. Programas de identificación y de control de plagio, pueden ayudar.
7) Problemas de conectividad y el hecho de compartir dispositivos con otros miembros de la familia.
8) Promover la capacitación de los docentes.
9) Los estudiantes prefieren las actividades sincrónicas, quizás les da la idea de cuando iban a clase presencial.
10) El costo alto de los software.


Lucía Lorena de Santiago (México) preguntó a sus estudiantes al cierre del curso, como había sido sus experiencias. Algunos alumnos planteaban que varios docentes no sabían utilizar las plataformas, y se limitaban a los videos grabados. En cuanto a la evaluación, si hacen trampa se perjudican ellos mismos, pues van a competir con muchos egresados, y sus conocimientos serán insuficientes. La evaluación en plataforma tiene la ventaja de la instantaneidad de la calificación, si bien lleva tiempo elaborarla, se gana tiempo en la corrección. Algo bueno de la virtualidad, es que ya no se entrega materiales en fotocopias, sino que todo está en carpetas virtuales. Por otro lado, ella aplica las pruebas con libro abierto. Se debe enseñar el trabajo en equipo. Continuará aplicando la evaluación virtual, aunque se vuelva a las clases presenciales. Con referencia a la conectividad, cuenta que contrató hace tres meses un paquete de datos, que aún no le han conectado. Debemos ser empáticos con los estudiantes por sus problemas de conexión e incluso de energía eléctrica. También debió reorganizar sus tiempos.


Para Andrea Tapia (República Dominicana) se debe definir dentro de las reglamentaciones, la posibilidad de grabar las instancias de evaluaciones, para verificar el compromiso de los estudiantes. Los gobiernos deberían favorecer la conectividad para que tenga mayor alcance y comprenda a una mayor parte de la población. Le ha llamado la atención los problemas comunes de conectividad que se han manifestado, por lo que plantea que AIC pueda hacer algún tipo de pronunciamiento sobre los problemas de conectividad en cada país.


Para Carlos Castro (Costa Rica) uno de los retos es la evaluación, antes de la pandemia había solicitado la reformulación de las instancias para tratar de disminuir el peso de los exámenes que generalmente rondaba el 75%, se incorporó entonces otras actividades de evaluación (trabajo en equipo, estudio de casos, por ejemplo), y entre ellas la coevaluación. Las pruebas se hicieron por un lapso para superar los problemas de conexión, y se les daba una segunda oportunidad. Algunos estudiantes plantearon recursos de amparo para que no se grabara las evaluaciones ante la Sala Constitucional, pero no se hizo a lugar. Debe cambiarse la forma de enseñar y evaluar. Otro tema es sincronía o asincronía, como se sugiere no más de 50 minutos online, se mezclaron ambos tipos de actividades. Se plantearon problemas de privacidad y uso compartido de dispositivos. Problema de licencias es otro de los retos. Ante la consulta de cómo sería el regreso, muchos estudiantes plantearon las ventajas de esta modalidad. En Costa Rica en esta universidad, no se cobra descarga de datos.


Mario D. Espinoza (Guatemala) cree que hemos aprendido de todo desde marzo a la fecha, lo que significó grandes esfuerzos en conexión, sensibilidad, desafíos. Hay problemas de adaptación a lo que estamos viviendo, pero no se ve el fin. Con el tema de las evaluaciones, es un proceso que viene desde el comienzo de la enseñanza. En su universidad manejaban tres tipos de plataformas diferentes. En cuanto al manejo del tiempo, al principio de la pandemia, la universidad pública abría la plataforma desde las 8 de la mañana a medianoche, dando posibilidades de realizar más de una prueba, luego se asimiló al horario habitual. Hay que seguir trabajando en el tema.
Para María Antonieta Olivares (Perú) ha sido un año de muchos aprendizajes, para estudiantes y docentes, a todos nos ha sacado de nuestro lugar de confort, ha sido la oportunidad para poner en práctica muchos valores y principios. Si bien en un ambiente de TIC, nos ha humanizado más, la solidaridad, el compartir conocimiento, docentes que han dado de su tiempo en forma gratuita, hechos que debemos resaltar como personas. Por la pandemia, muchos de los alumnos han vuelto a sus comunidades, donde han tenido problemas de conectividad. Hemos debido ser empáticos con los alumnos y darles la oportunidad de no perder el semestre. Ha sido un año de mucha creatividad. Fueron muy utilizadas las pruebas de múltiple opción, con las mismas dificultades ya señaladas. Pero también tomaron los estudios de caso con libro abierto, lo que para docentes y alumnos ha sido un logro, se evita memorizar y se resuelve un caso concreto. En forma aleatoria de los solicita que muestren su pantalla para ver cómo están trabajando, así como brindarles apoyo. La universidad ha debido invertir en bibliotecas virtuales, software de prácticas, libros virtuales, entre otras cosas. Este período también ha roto fronteras con actividades de capacitación de todos los países.


Para Nury Matías (República Dominicana) el trabajar con casos, que ellos razonen es una alternativa. También realizar trabajos sobre conferencias o páginas que ingresan. Quizás deberían tomar menos materias, para poder hacer algunas actividades adicionales. La parte humana es importante dadas las condiciones de los estudiantes. Una de las ventajas han sido los eventos virtuales, que permiten un acceso a menor o casi sin costo, de personas que a veces no pueden participar. Debemos continuar con capacitaciones docentes, en todas las áreas. AIC debería jugar un rol preponderante en el tema.


Para Gabriel Trucco (Argentina) se visibilizaron valores, pero también deficiencias de formación y organizativas, no solamente en cuanto a cuestiones personales, pero también institucionales, por ejemplo, capacidad y velocidad de respuesta. Pero no se debe tomar en forma negativa, sino como un punto de inflexión, como una oportunidad de aprendizaje. Nos debe llevar a reflexión en muchos procedimientos internos y en prioridades en aplicación de recursos. Debemos reformular evaluaciones, asimilándolas a la práctica profesional, para aprender a resolver problemas. La pandemia, nos alertó en la necesidad de renovar la educación superior, que se supone que es un porcentaje menor de la población mundial, no nos podemos permitir formaciones mediocres. Estos espacios de intercambio se convierten en algo muy importante. La virtualidad nos lleva a formar profesionales globales que pueden actuar localmente, con cuidado en los aspectos sociales. Hacer en el entorno virtual, lo mismo que en lo presencial sería un despropósito, por eso este año ha sido muy provechoso, pues no ha mostrado lo que en la educación superior lo estábamos procrastinando.


Dino Francisco Parra (Ecuador) se pregunta: ¿estamos preparados para la andragogía?, hay personas adultas que no saben compartir alumnos adultos. Sobre la tecnología, las universidades deben tener en sus planes el cambio de la tecnología, hay docentes que no están preparados para estos, no saben abrir un correo o abrir un Zoom. Debemos transmitir a los alumnos herramientas útiles para su desarrollo, lo que a veces no se hace por egoísmo profesional. Debemos profundizar en el uso de plataformas virtuales de las universidades. Las universidades nos preocupamos de formar profesionales, pero tenemos la responsabilidad de evaluar a los docentes y también de formar a los docentes.

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