La evidencia de auditoría en tiempos de teletrabajo

La evidencia de auditoría en tiempos de teletrabajo
Por: Cándida E. Muñoz Martínez, CPA, MAI, MCG
Santo Domingo, República Dominicana
22 de agosto de 2020

La evidencia de auditoría es la base que sustenta la opinión del auditor. Pero ¿cómo obtener evidencia suficiente y adecuada en tiempos de teletrabajo?

Dentro de las Normas Internacionales de Auditoría (NIAs) que hacen referencia a la evidencia están las 500-599 Evidencia de auditoría. Las NIAs son muy claras al establecer que la evidencia de auditoría debe ser suficiente (medida cuantitativa que depende de la valoración del riesgo) y adecuada (medida cualitativa que respalda las conclusiones para la opinión del auditor).

La evidencia de auditoría comprende la información que sustenta las afirmaciones, y también la información que la contradice (NIA 500). Se puede obtener al aplicar procedimientos de verificación, análisis, revisión, reejecución, confirmaciones de terceros, informes de analistas y datos de referencia, que permiten determinar la congruencia y concordancia entre los registros contables y los estados financieros.

Ante la posibilidad de contagio por el brote de enfermedad por coronavirus (COVID-19, infección que causa problemas respiratorios y fiebre, hasta casos graves desde la neumonía hasta la muerte) una de las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y adoptadas en la mayoría de los países del mundo fué el aislamiento.

El aislamiento trajo consigo grandes cambios en el día a día del ser humano. En el caso de los auditores, tuvieron que analizar rápidamente las opciones que tenían disponibles para obtener la evidencia suficiente y adecuada que reduce el riesgo de expresar una opinión inadecuada de los estados financieros, ante la posibilidad de incorrecciones materiales por fraude o error, teniendo en cuenta las circunstancias actuales.

Por varios meses no era una opción trasladarse a las oficinas del cliente a realizar los procedimientos de auditoría planificados. El compromiso ético y el cumplimiento de los elementos del sistema de control de calidad de las firmas movieron a los auditores a realizar todos los esfuerzos necesarios para adquirir o fortalecer las herramientas tecnológicas de las cuales se disponía, para implementar el teletrabajo.

La Real Academia Española (RAE) define teletrabajo como el “trabajo que se realiza desde un lugar fuera de la empresa utilizando las redes de telecomunicación para cumplir con las cargas laborales asignadas”.

Por lo antes expuesto, los esfuerzos se centraban en determinar el hardware, software e internet, requeridos para iniciar o continuar los trabajos de auditoría bajo esta modalidad, tomando en cuenta la disponibilidad de los recursos necesarios para la inversión que esto representa, ante una situación económica mundial incierta.

Una vez superado lo anterior, el auditor procede a realizar los ajustes necesarios en la estrategia y el plan, considerando que los procedimientos de auditoría ahora se deben aplicar de forma remota.

Según la NIA 500, para obtener evidencia, el auditor debe determinar si los medios de selección de los elementos sobre los que se realizarán las pruebas serán eficaces para lograr la finalidad de los procedimientos. La fiabilidad de la evidencia depende de su origen, naturaleza y la forma en que se obtiene.

Pero ¿es fiable la información digital obtenida de forma remota? Ante esta inquietud, ¿Selecciono todos los elementos?, ¿Elementos específicos? o ¿Continúo con el muestreo de auditoría?

En adición a las preguntas anteriores, otro aspecto que se debe considerar son las políticas de conservación de información electrónica. Algunas entidades, por el volumen de informaciones y/o operaciones que realizan, después de cierto período de tiempo, la información financiera no puede ser recuperada y no existen copias de seguridad.

El conocimiento de la entidad y su entorno; la evaluación, valoración y respuestas a los riesgos; y el juicio profesional, serán las bases para que el auditor pueda dar respuesta a estas interrogantes.

Siempre ha existido y existirá la duda razonable sobre la fiabilidad de la información ante el riesgo de incorreción material por fraude. La característica del fraude es la intención, y de intenciones está lleno el mundo. De igual forma, siempre ha existido y existirá el riesgo inevitable de que no se detecten incorreciones materiales, aunque la auditoría se planifique y ejecute de conformidad con las NIAs.

No podemos perder de vista que el cambio es la vía por la cual obtenemos la información y aplicamos los procedimientos de auditoría. Esto nos hace reflexionar sobre el conocimiento de la tecnología relevante a nuestro trabajo, así como en la capacitación de nuestro equipo en la aplicación de dicha tecnología.

Es importante es adaptarse al cambio sin afectar la salud física y mental del equipo, pues dentro de las desventajas asociadas al teletrabajo se han mencionado la falta de autodisciplina, falta de organización del tiempo y en la ejecución del trabajo y por último, pero no menos importante, las consecuencias psicológicas como el estrés, la irritabilidad y la soledad.

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