Asociación Interamericana de Contabilidad

¿Resulta atractiva actualmente la carrera de Contaduría Pública para nuestros jóvenes?

Mg. CP Leila Di Russo de Hauque
Miembro de la Comisión Técnica Interamericana de Educación de la Asociación Interamericana de Contabilidad.

En los últimos tiempos el interés de nuestros jóvenes por el ejercicio profesional de las Ciencias Económicas y particularmente del Contador Público ha perdido protagonismo dentro del universo de profesiones.

Quizás este fenómeno pueda atribuirse al impacto de algunos casos resonantes públicamente, que han visibilizado a contadores en hechos de corrupción, como facilitadores de la evasión impositiva y previsional, como personas a quienes solo les interesa el dinero y a quienes se acude cuando se quieren hacer negocios “deshumanizados”.

En algunas entrevistas mantenidas con colegas, he podido constatar que la mayoría preferiría que sus hijos no estudien la carrera de Contador, a la vez que hemos conocido acerca de numerosos comentarios “apocalípticos” respecto de la futura desaparición de nuestra profesión por los avances de otras carreras mal catalogadas como afines.

Algunos de estos comentarios simplemente demuestran el desconocimiento que tiene la opinión pública de nuestra labor y de la función social que cumple el Contador Público. De acuerdo con estas percepciones populares, el Contador sería algo así como un mero “gasto inevitable” para liquidar los también “inevitables” impuestos. Un personaje que pareciera trabajar más para los organismos recaudadores del Estado que para las organizaciones que necesitan de sus servicios. Se desconoce popularmente pues, el rol de productor de información contable financiera, de gestión, social y ambiental entre otras, muy necesaria para la toma de decisiones.  Esta desinformación del vulgo en parte es nuestra responsabilidad.

Seguramente si le consultáramos a un ciudadano común qué conoce acerca de nuestro trabajo, y me atrevo a decir también a un ingresante a cualquier Facultad de Ciencias Económicas, seguramente no podría explicar por ejemplo, la diferencia entre las funciones de un contador interno y las del auditor externo. También se desconoce el rol de asesor en la toma de decisiones y sin embargo está instalado el mito de que la gente paga los impuestos “que le obliga a pagar el contador”. Sin embargo, a ese mismo ciudadano común, le resultaría quizás mucho más fácil explicar el rol social de un médico o un arquitecto.

Es probable que, como correlato de estas percepciones sociales, la matrícula de inscriptos a nuestras carreras se haya estancado y en algunos casos decrecido tanto en nuestro país como así también en otros de Latinoamérica, en los últimos años.

Un artículo del Diario Clarín ya en el año 2018, expresaba:

Las inscripciones para contador en la UBA, según Ricardo Pahlen Acuña, decano de Económicas, están creciendo “en muy bajo porcentaje”. En 2017, hubo 2.945 inscriptos y en 2018, 3.012, ambas cifras todavía por debajo de los 10 años anteriores, que oscilaron entre los 3.195 (2015) y los 3.773 (2007). De la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA egresa un 20% del total de contadores públicos del país.

 En ese sentido, para el académico, la meseta en los ingresos y egresos de contadores no tiene sólo que ver con la carrera en sí, sino también “con la diversificación de carreras.

Lo cierto es que, si se observa la curva total de egresos de contadores públicos en el país, se ve su achatamiento. “Cuando vas al mercado a buscar contadores, lo que notás es que hay más cantidad de gente que estudia licenciatura en Administración de Empresas que Contador Público. La oferta de licenciados en Administración está creciendo desde hace cinco o seis años atrás”.

La licenciatura en Administración tuvo, oportunamente, más marketing que la carrera de Contador Público. Y yo creo que todas las carreras tienen que tener marketing, en el buen sentido: para que los estudiantes conozcan de qué se trata cada una”, asegura Pahlen Acuña. Y explica que en este momento en la UBA están abocados a contar qué es el contador público del siglo XXI. (Artículo Clarín Economía 14/7/2018).

Esta tendencia siguió en 2020 y 2021 y 2022, donde la carrera de Contador pasó de ser una de las primeras entre las más elegidas en la UBA, a quedar en sexto lugar luego de Medicina, Psicología, Abogacía, Arquitectura y Licenciatura en Administración.

En la Universidad Nacional del Litoral ocurre algo similar. Promediando la década de los ´90 los ingresantes eran alrededor de 1200, solo a la carrera de Contador Público ocupando el segundo lugar entre las más elegidas, mientras que los inscriptos al Bachiller en Ciencias Económicas que es común a las tres carreras (CPN, LA y LE) para el 2023 fueron solo 886, quedando en el séptimo lugar y siendo superada en cantidad de inscriptos por las facultades de Medicina, Ciencias Jurídicas y Sociales, Arquitectura, Bioquímica y Ciencias Biológicas, Ingeniería en Ciencias Hídricas y de Humanidades y Ciencias.

Para este 2023, la Universidad Nacional de La Plata indicó que, de los 33.678 inscriptos totales para este ciclo lectivo, la mayor cantidad de ingresantes irán a las siguientes carreras:

  • Facultad de ciencias médicas: 4.471 estudiantes.
  • Psicología(3.452)
  • Humanidades y Ciencias de la Educación(3.443)
  • Artes(3405)
  • Ciencias Jurídicas y Sociales(2632)
  • Ciencias Económicas(2.441)
  • Ciencias Agrarias y Forestales, con 271 inscriptos

             Ingeniería e Informática 329 inscriptos.

En Ciencias Económicas suponemos que se refiere a todas sus carreras, siendo Contador Público solo una de ellas.

Otras de las instituciones que dio a conocer su cantidad de inscriptos es la Universidad Nacional del Sur, con sede en Bahía Blanca. Con un caudal de 6.821 nuevos estudiantes para este 2023, la Licenciatura en Enfermería lideró el listado de inscripciones con 869 personas, el 12,75% del total. Abogacía con 681 anotadosLicenciatura en Administración, con 380; y Arquitectura, con 377, fueron las otras profesiones más elegidas.  (Ámbito financiero 5/2/23 10:34)

La carrera de Contador Público no aparece entre las más elegidas como en épocas pasadas. Sería un tema de preocupación si la tendencia se acentúa en los próximos años, a la vez que un tema de investigación indagar las posibles causas de esa merma en la cantidad de aspirantes y el rol que los graduados pueden asumir en la formación vocacional desde el nivel medio de nuestros futuros ingresantes.

Si planteamos además que solo estamos hablando de cifras de ingresantes y que luego se gradúa una parte de ellos, estamos en problemas.

Probablemente para los jóvenes resultan más atractivas otras ofertas en relación a carreras nuevas y sobre todo teniendo en cuenta la duración en promedio en la que lograrán graduarse, a pesar de que la oferta laboral de Contador sigue siendo interesante.

¿Cómo podríamos colaborar desde nuestro rol de graduados en la ayuda vocacional a aspirantes?

Quizás algunos colegas estén pensando que es una buena noticia. Que el mercado laboral del Contador se estaba saturando y es un buen mecanismo de regulación que los jóvenes elijan por el momento otras carreras.

Si solo es un ajuste temporario, podría ser una buena noticia. Sin embargo, si el estancamiento en la matricula se torna sostenido en el tiempo y la caída se hace pronunciada, entendemos que es para preocuparse y tomar medidas.

Es nuestra tarea como graduados, hacer conocer cuál es realmente el rol del Contador en la sociedad y de qué manera puede contribuir al crecimiento económico de una región.

Para cumplir con estos objetivos se propone que, como profesionales nos involucremos activamente en la ayuda vocacional a los aspirantes a ingresar a la carrera.

De las encuestas realizadas a los ingresantes a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral en los últimos diez años, se pudieron extraer algunas conclusiones que compartiremos a continuación.

 Cuando se consultó a los ingresantes de diferentes cohortes acerca de las motivaciones por las que habían elegido las carreras de Ciencias Económicas (es importante aclarar que los ingresantes a la FCE UNL se inscriben al Bachiller en Ciencias Económicas común a las carreras de CPN, LA y LE) un 76 % señaló que el motivo era la posibilidad de conseguir trabajo seguro y un 13% señaló que las elegía por tradición familiar.

 Cuando se les pidió que definieran brevemente las incumbencias de un contador, un licenciado en administración y un licenciado en economía, un 95% demostró tener una gran confusión respecto de las competencias específicas de cada una de estas profesiones.

Finalmente, y lo más preocupante para rescatar de estas encuestas es que aproximadamente un 40% de los ingresantes provenían de colegios que no tuvieron terminalidades afines a las ciencias económicas, por lo tanto no conocían en profundidad el contenido de las disciplinas básicas como son la administración, la contabilidad o la economía.

La pregunta que surge formular es: ¿Cuál es la razón por la que alguien que desconoce una disciplina puede pensar en estudiar primero y dedicar su vida después a ejercer una profesión que no sabe de qué se trata?  Si un alto porcentaje elije la profesión por la única razón de tener en el futuro un trabajo seguro y por seguir la tradición familiar, ¿cómo se puede pretender tener profesionales motivados para ejercer con pasión una profesión, comprometidos con el servicio a la comunidad y los valores éticos?

Sin dudas esta problemática se replica en otras carreras universitarias que habitualmente se las clasifica como “tradicionales”.

La reflexión que nos cabe es que tenemos una asignatura pendiente y es el trabajo de orientación vocacional, generar en los jóvenes el interés por nuestras profesiones y por el ejercicio responsable de las mismas luego de la graduación.

Por lo general quienes se encargan de acompañar a los estudiantes en la selección vocacional son  psicólogos, psicopedagogos, entre otros, no formados en las ciencias económicas. De ningún modo se pretende desconocer la importancia de la participación de estos profesionales, sin embargo se propone la formación de equipos interdisciplinarios en los que participemos los graduados en ciencias económicas aportando herramientas indispensables desde el conocimiento de las competencias profesionales, desde el ejercicio de la práctica misma, que resultarán tan importantes a la hora de elegir inscribirse a una carrera, como conocer los planes y las técnicas de estudio.

 Muchas veces se comete el error de visibilizar el horizonte más cercano a la hora de elegir una carrera y solo pensarse en el rol de estudiante de ciertas disciplinas.  Sin embargo, el tiempo que lleva culminar una carrera es muy efímero en relación al que durará el ejercicio de la profesión que será gran parte de la vida hasta la jubilación.

Es sumamente importante que el futuro graduado se visualice como un profesional desde el día en que elije inscribirse a la carrera, con la mirada puesta en qué clase de profesional quiere ser.

Con la ayuda vocacional, las instituciones de la educación superior podrán lograr que quienes no se sientan comprometidos con las demandas sociales y éticas de las profesiones en ciencias económicas no se inscriban en el mejor de los casos o no permanezcan demasiado tiempo y se gradúen, convirtiéndose en profesionales frustrados, desmotivados y con escasa vocación de servicio.

Por lo general los graduados ejerzan o no la docencia “toman la posta” en preparar a los estudiantes para el mundo laboral en etapas cercanas a la culminación de los estudios.  Aquellos que son docentes en las universidades lo hacen transmitiendo sus experiencias desde adentro de las instituciones educativas y quienes no ejercen la docencia adquieren un rol protagónico como tutores de estudiantes avanzados en las pasantías y prácticas profesionales supervisadas. Pero quizás en ese momento ya sea demasiado tarde. Nuestra propuesta es trabajar en las etapas iniciales, evitando que quienes no tienen la vocación se inscriban a una carrera confundidos respecto de su futuro ejercicio o movilizados por cuestiones ajenas a las deseadas en un buen estudiante.

Ejemplo de esta “cruzada” en busca de mayor cantidad y con una fuerte vocación de aspirantes a nuestras carreras podemos mencionar el Proyecto Semillero Generacional, presentado en los ateneos de la Comisión de Técnica de Educación de la Asociación Interamericana de Contabilidad en marzo de 2021 que señala:

Los programas de contabilidad serán nuestro objetivo principal. Pero también extenderemos la convocatoria de trabajos a la población general de estudiantes en escuelas cuyos currículos atienden asuntos de economía, administración y otras áreas relacionadas. Debemos tocar las mentes de jóvenes que ingresan a las escuelas de negocios, administración de empresas, facultades de economía o de otras disciplinas relacionadas como matemáticas y sistemas de información. Sobre todo, queremos invitar a participar de nuestra convocatoria a jóvenes que no tienen clara la ruta académica que quieren seguir. La experiencia nos demuestra que hay mucho talento en estas escuelas que son la materia prima ideal para transformarlos en contadores del futuro.

Objetivos:

  1. Fomentar de manera temprana entre los jóvenes talentosos, el interés de seleccionar la carrera de contabilidad cuando éste ya haya ingresado a nivel universitario.
  2. Dar a conocer las ventajas y los beneficios de ingresar a la profesión de Contabilidad.
  3. Familiarizar a los estudiantes con la existencia y función de organizaciones como la Asociación Interamericana de Contabilidad (AIC) que dan estructura y dirección a una profesión de contabilidad ética y actualizada.
  4. Fomentar entre los estudiantes universitarios una mirada hacia el futuro en el que visualicen convertirse en el relevo generacional que protagonizará los próximos cambios en la profesión.
  5. Provocar curiosidad intelectual por la investigación y la aportación de creación intelectual.” (AIC. 2021)

Quizás si desde nuestro rol de graduados comprometidos con el futuro de nuestras profesiones, logramos “misionar” mediante la difusión y la orientación vocacional, podremos encontrar un equipo de jóvenes gustosos de estudiar las ciencias económicas, con una fuerte vocación y comprometidos con los valores y la ética profesional.

De ese modo, la calidad de la “materia prima” estaría garantizada. Les corresponderá luego a los “artesanos”, los docentes, la institución educativa universitaria y las instituciones de la profesión, trabajar en forma conjunta esa “materia prima” para lograr como “producto final”, un graduado cuya calidad será la anhelada para el futuro y la preservación de nuestras profesiones.

Referencias:

Asociación Interamericana de Contabilidad. Comisión Técnica de Educación. (2021). Proyecto Semillero Generacional. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=1DbcEnSs_LY

Diario Ámbito Financiero. 5/2/23. Ranking de universidades: ¿cuáles son las carreras más elegidas en el 2023?

Diario Clarín Economía. Contadores jóvenes: una figurita difícil en el mercado de talentos.14/7/2018. Disponible en: https://www.clarin.com/economia/contadores-jovenes-figurita-dificil-mercado-t alentos_0_BJFOvOUmQ.html

Universidad Nacional de La Plata. Publicación oficial. Disponible en: https://unlp.edu.ar/ensenanza/carreras_de_grado/ingreso/finalizo-la-inscripcion-la-unlp-recibira-el-ano-proximo-a-mas-de-33-mil-ingresantes-21009-41009/

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