Asociación Interamericana de Contabilidad

La prevención de lavado de activos ante el COVID–19

Por Maria Ángeles Gómez C.

La crisis que se ha presentado en el mundo no tiene precedentes, se trata de una pandemia que ha atravesado todos los países, clases sociales, ha sobrepasado controles y a su vez a abierto la puerta para que varios controles previstos puedan salirse de control, una pandemia que no solo a afectado a ciertas industrias sino que probablemente ha afectado a varios sistemas de control y a generado nuevas oportunidades para el desarrollo del lavado de activos.

 

¿Qué es el lavado de activos? “es un delito, que consiste en dar una apariencia de origen legítimo o lícito a bienes – dinerarios o no, que en realidad son productos o «ganancias» de delitos graves como: Tráfico ilícito de drogas, Trata de Personas, Corrupción, secuestros y otros.”

 

A palabras simples es el dinero proveniente de actividades declaradas como ilícitas que intentan ingresar al sistema financiero y transformarlo en legal.

 

¿Estamos preparados para enfrentar el lavado de activos?  Si bien, durante años se ha trabajado con varios países aliados al GAFILAFT (Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica, fue creado para prevenir y combatir el lavado de activos, financiamiento del terrorismo y el financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva), y se han desarrollado mecanismos de control en el sistema financiero y en entidades que tienen mayor riesgo de exposición, actualmente con el desarrollo de mayores tecnologías y el cambio en el interactuar social, se ha volcado a ser un gran desafío.  De acuerdo con datos recientes emitidos por la Organización de las Naciones Unidas a través de su Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC), se estima que aproximadamente 1.6 trillones de dólares producto de actividades ilícitas son lavadas mundialmente.

 

Con el surgimiento de nuevas técnicas de lavado de dinero, todos los controles aplicados quedan obsoletos ante la rapidez de técnicas delictivas empleadas, parte de la tecnología que nos beneficia y perjudica a la vez es la creación de criptomonedas y otros activos digitales que facilitan para la realización de negocios pero también perjudican el rastreo de su procedencia.

Sin embargo, estas no son las únicas formas que han surgido en función de esta pandemia, hemos visto varios casos de países donde gracias a la pandemia se ha evidenciado las estafas piramidales (esquema ponzi), adulteración de productos médicos, coimas, delitos de peculado y malversación de fondos públicos por adquirir insumos médicos con sobreprecio, y desde el otro lado creación de empresas fantasma promocionando medicinas y pruebas a costos irreales y ofreciendo y estafando a gente que en tiempos de crisis ha recurrido a estos “negocios convenientes”.

 

Considerando lo mencionado, la disminución de recursos hace que se recurra a recortar presupuestos y por ende se permita limitar controles, evitar personal “innecesario” y con ello crear una baja en la distribución de funciones, generando así una deficiencia en la segregación de funciones, obviamente las empresas están enfocadas en temas prioritarios como evitar contagios e implementar medidas que les permitan seguir operando en función de no incrementar los contagios de su personal.

 

Parte de estos problemas también se suman las entidades de control al ser permisivas en extender plazos de presentación de los informes sobre la operatividad, con ello varias entidades logran obtener brechas de tiempo que no permiten detectar a tiempo si se encuentran con deficiencias en sus procesos.

 

Como parte del análisis realizado por el GAFILAFT se han previsto ciertos fenómenos que podrían ser riesgos derivados de la pandemia COVID – 19:

 

  • Aumento de fraudes financieros y estafas, el tráfico de medicamentos falsificados y la oferta de inversiones fraudulentas en modalidad de esquemas ponzi aprovechando la incertidumbre económica y los miedos causados por la pandemia, tráfico ilícito de mercancía, la adulteración de medicamentos e implementos médicos, así como la venta de estos insumos sin los estándares requeridos por el sector salud respecto a: mascarillas, medicamentos, trajes, guantes, etc., y la sobre valoración de estos insumos dada la alta demanda mundial y poca disponibilidad.

 

  • La mayoría de los gobiernos, han aprobado unos planes de ayuda financiera, tanto para las empresas como para el ciudadano común, se prevén posibles fraudes y estafas asociados a estos, así como robo de datos para accesos ilícitos a las cuentas de bancos, por medio de llamadas telefónicas y sitios web falsos, etc.

 

  • Posible repunte en delitos relacionados con corrupción, por ejemplo: los procedimientos de adquisición de bienes son flexibilizados, lo que supone un mayor riesgo de corrupción.

 

  • Aumento sustancial de las operaciones financieras remotas o no presenciales y compra de productos y servicios por medios electrónicos o en línea, lo cual podría ser aprovechado por los delincuentes para realizar fraudes y delitos cibernéticos.

 

  • Reducción en el volumen de los reportes de operaciones sospechosas recibida y posible el retraso en la obtención de información adicional requerida para el análisis o investigaciones en curso.

 

  • Incremento del uso de servicios de casas de empeño, prestamistas, así como medios de financiamiento informales que, por lo tanto, pudieran ser más susceptibles para ser utilizadas en actividades ilegales.

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  • La falta de empleo formal e informal, producto de la inactividad económica generada por la crisis sanitaria, genere reclutamiento de las organizaciones criminales para apoyarlas en la ejecución de sus actividades criminales que generan recursos susceptibles a ser lavados.
  • Reducción de personal de las entidades de control que puede mermar temporalmente la capacidad de análisis o investigaciones en curso.

 

  • Posibles riesgos relacionados con mal uso y abuso de las Organizaciones sin Fines de Lucro, por el aumento en la actividad de dichas organizaciones.

 

  • Desafíos en la operatividad del sector privado por el cese o disminución temporal de funciones que involucran la actividad presencial de sus recursos humanos, lo que pudiera dificultar el mantenimiento óptimo de sus sistemas.

 

Adicionalmente GAFILAFT ha incluido una lista de buenas prácticas y medidas que mitiguen los riesgos que enfrentan los países, parte de ellas son:

 

  • Mantener un constante contacto y acompañamiento de los reguladores, supervisores, unidades de inteligencia financiera, autoridades policiales y otras autoridades relevantes a fin de brindar orientación y asistencia al sector privado sobre cómo aplicar las regulaciones nacionales durante la crisis actual.

 

  • Mantener comunicación de manera remota con el objeto de identificar nuevas tendencias y riesgos, y acordar medidas para mitigarles de manera estratégica y en función al grado de riesgo. Emitir comunicados públicos en donde se alerte sobre potenciales amenazas y prácticas abusivas asociadas a la explotación de la crisis del COVID-19.´

 

  • Fortalecer la aplicación del enfoque basado en el riesgo en materia de supervisión y prevención de lavado de activos.

 

  • Fomentar la aplicación de un enfoque basado en riesgo para simplificar medidas sonde se detecten menores riesgos y fortalecer las mismas en caso contrario.

 

  • Garantizar, en lo posible, la operación de autoridades relevantes utilizando tecnologías para realizar funciones a distancia, firmas digitales y estableciendo guardias para actividades esenciales que requieren de la presencia física de funcionarios.

 

  • Fomentar el uso responsable de servicios digitales financieros y no financieros guardando un balance entre el acceso a dichos servicios y las medidas de prevención al lavado de activos.

 

  • Procurar mayor y mejor monitoreo y transparencia en las transacciones financieras, sobre todo las electrónicas y de orden internacional;

 

  • Fortalecer la cooperación internacional entre autoridades competentes, particularmente a través de mecanismos ágiles y expeditos, con el objeto de compartir buenas prácticas aplicadas en el marco de esta crisis, información sobre amenazas emergentes y vulnerabilidades, y medidas efectivas para contrarrestarlas.

 

  • Fortalecer el monitoreo de las operaciones realizadas por las Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFL) a fin de garantizar a los donantes que sus aportes llegarán a los beneficiarios previstos; y
  • Velar por la integridad y buen funcionamiento de los bancos, transmisores de dinero y otros sectores financieros mediante medidas tecnológicas que aseguren una debida diligencia basada en el riesgo que representen sus clientes y usuarios, así como los diferentes productos y servicios que ofrecen;

 

Sin duda las medidas consideradas por cada entidad determinará que no se expongan tan fácilmente en el lavado de activos, es fundamental que se consideren los enfoques basados en riesgos tomando en cuenta la parte tecnológica y los accesos remotos que pueden darse a sus funcionarios, pese a que ciertos procesos son bastante manuales se recomienda tener las precauciones necesarias para evitar ser parte de una red delictiva que incursiona diariamente, esta crisis es una oportunidad para crear nuevos y mejores controles para combatir los actos delictivos.

 

Bibliografía:

 

http://www.worldcomplianceassociation.com/2685/articulo–el-covid-19-abrio-las-puertas-para-una-nueva-ola-de-lavado-de-activos.html

 

https://gafilat.org/index.php/es/espanol/19-noticias/102-comunicado-del-gafilat-sobre-covid-19-coronavirus

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