Asociación Interamericana de Contabilidad

Espacio Americano de Educación Superior Una creación impostergable

Gabriel Gustavo Trucco
gabrieltrucco@yahoo.com.ar

Contador Público – UNPSJB – Rep. Argentina; Master Universitario en Educación Universitaria – Universidad Europea de Madrid; Formador de Formadores en NIIF (FACPCE); Profesor Asociado por concurso; miembro de la Comisión Técnica de Educación de la Asociación Interamericana de Contabilidad; Árbitro Internacional Académico; Par evaluador; conferencista nacional e internacional.

Espacio Americano de Educación Superior
Una creación impostergable

Gabriel Gustavo Trucco

En América, la educación superior necesita resolver un nuevo desafío. Se trata de convertir sus convenios y redes de intercambio a través de las cuales las Universidades han ido internacionalizándose, en una realidad sensiblemente superadora: crear el Espacio Americano de Educación Superior (EAES). Nos referimos a un Espacio Común que al estilo del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) permita a América aspirar a la movilidad académica por todo el continente de estudiantes, profesores, investigadores, personal de instituciones de educación superior y graduados.

Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)

El EEES está conformado por 49 países del continente europeo. Constituye una asociación única en el mundo entre autoridades públicas, instituciones de educación superior (IES), estudiantes, graduados y personal, así como empresarios, agencias de garantía de la calidad, organizaciones internacionales e instituciones europeas. Su nacimiento nos remonta al 19 de junio de 1999 cuando 29 estados europeos suscribieron la llamada Declaración de Bolonia sentando las bases para crear el citado Espacio Europeo de Educación Superior. Se identificaron 6 objetivos al que se le adicionaron tres en Praga en 2001, a saber (EACEA P9 Eurydice, 2011):
1) Adopción de un sistema de titulaciones fácilmente legible y comparable.
2) Adopción de un sistema basado esencialmente en dos ciclos principales.
3) Establecimiento de un sistema de créditos: European Credit Transfer System (ECTS).
4) Promoción de la movilidad.
5) Promoción de la cooperación europea para asegurar un nivel de calidad en el desarrollo de criterios y metodologías comparables.
6) Promoción de una necesaria dimensión europea en la educación superior con particular énfasis en el desarrollo curricular.
7) Aprendizaje permanente.
8) Instituciones y estudiantes de enseñanza superior: socios constructivos, activos y competentes en el establecimiento y conformación de un área de Educación Superior Europea.
9) Promover la atracción del Espacio Europeo de Educación Superior.

El EEES contribuyó a armonizar los distintos sistemas educativos vigentes en Europa. En ese marco, se tomaron ciertas decisiones rectoras, por ejemplo: (Sotillo, Rodríguez, Echart y Ojeda, 2009)
• Al definir el Sistema Europeo de Transferencia de Créditos (ECTS) se fijó como equivalente a un crédito, 25 ó 30 horas de trabajo -dentro y fuera del aula-. De esa manera se gestaron prácticas docentes tuteladas en lugar de clases presenciales.
• Con la premisa de dar respuesta a las necesidades laborales del entorno, tanto grado cuanto posgrado dirigen sus esfuerzos en la adquisición de competencias en lugar de conocimientos enciclopédicos. Es así que se creó un Suplemento al Título mediante el cual la IES detalla una explicación de las asignaturas cursadas y un listado de competencias adquiridas.
• Se crea un sistema de acreditación universitaria de tal modo que interna y externamente se den evaluaciones de calidad y se vigile celosamente su alineamiento al EEES (Pérez de los Cobos, 2011).

Recordando al estadista y jurista argentino Juan Bautista Alberdi, autor intelectual de la Constitución de la Nación Argentina, no podemos sino aceptar que Europa, con su rica y añeja historia de vida, sigue marcando el rumbo al Nuevo Continente. Sus vivencias nos iluminan en la noble y compleja tarea de trazar nuestro camino.

La educación superior en América

Las Instituciones de Educación Superior (IES) latinoamericanas comenzaron a surgir hacia los siglos XVI y XVII inspiradas en las universidades españolas de Salamanca y Alcalá de Henares (con fuerte arraigo religioso) (Delgado, Cordero, 2007). Salamanca, alineada con Bolonia, se concibió como una entidad al servicio de la consolidación del llamado estado-nación. Bajo el paradigma conductista (Skinner, 1994) el profesor ocupaba el papel principal en el aula, desarrollando clases magistrales, eligiendo los contenidos y la información a transmitir, propiciando un aprendizaje individual evaluado sólo por él. Por su parte, Alcalá de Henares centró la formación en la teología, organizándose como convento-universidad. Basándose en este modelo, Santo Tomás de Aquino, en Santo Domingo ha sido la primera universidad fundada en el Nuevo Mundo (el 28 de octubre de 1538) en tiempos de la colonia. Unos años más tarde, en 1551, se fundaron dos universidades muy influyentes para la Región: Lima y México, precursoras de las universidades nacionales, inspiradas en Salamanca.

Por su parte, América del Norte también recogía los efectos de la ola de creación de casa de altos estudios. Surgió la Universidad de Harvard (en Estados Unidos de América), en 1636 (reconocida como universidad recién en 1780). Yale en 1701, Indiana en 1820 y Berkeley en 1869, por citar sólo algunas de ellas. Por su parte, en Canadá la primera universidad fue creada en 1663, Séminaire de Québec, y en 1821 la Universidad McGill de Montreal dos de los íconos de la educación superior canadiense. Basándose primariamente en los colegios del este de Estados Unidos inspirados en la tradición universitaria inglesa, las universidades norteamericanas son esencialmente privadas y nacen como las continuadoras de escuelas primarias y secundarias de gran prestigio. Ganan luego un espacio significativo las escuelas de agricultura y artes mecánicas (durante la guerra civil) para dejar espacio a principios del siglo XX al modelo alemán de enseñanza superior (Covián, 1988). Con fuerte impronta investigativa, esas IES se posicionan en un primer lugar en el mundo en creación de conocimiento y generación de talentos innovadores.

Hacia el siglo XX, el advenimiento del movimiento independentista inspiró profundas reformas de la universidad colonial, migrando hacia la adopción del esquema profesionalizante de la universidad napoleónica, así como el autogobierno por acción de los claustros que la conforman, antecedentes fundamentales de la autonomía universitaria. Repasémoslo.

Transcurridas varias décadas, las universidades latinoamericanas no estaban proporcionando al continente lo que éste necesitaba para ingresar al cambiante siglo XX, marcado por la creciente urbanización, cambios en la organización social con la aparición de la llamada clase media y el surgimiento de un proletariado industrial (Tünnermann Bernheim, 2003). Fue en 1918 cuando una gran revolución modificó de raíz a la universidad latinoamericana. En Argentina, más precisamente en Córdoba, la emergente clase media protagonizó una apertura universitaria capaz de generar movilidad social y política, hasta allí conducida por nobles y religiosos. Entre los principios fundamentales de la Reforma Universitaria de Córdoba podemos citar la autonomía universitaria, el cogobierno estudiantil, la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras, los concursos de oposición, la gratuidad de la enseñanza superior, y la libre asistencia a clases. Este modelo fue rápidamente adoptado por los demás países de la Región, perdurando sus efectos hasta nuestros días.

Actualmente estamos viviendo un profundo cambio de paradigma hacia el denominado social-cognitivo (Vygostky, 1986). Hoy encontraremos en gran parte de las IES del continente americano, docentes y alumnos activos, intercambiando vivencias y conocimientos, construyendo juntos enseñanza y aprendizaje, con el profesor como guía, como tutor y promotor de la participación activa del estudiante en la construcción de su conocimiento y de sus competencias.

Affectio societatis en América

América, como Nuevo Mundo, ha dado al continente y al mundo organizaciones de muy diversa índole, destacándose dos de ellas: la Organización de Estados Americanos (OEA) -1889- organización internacional más antigua del mundo; y el Espacio Iberoamericano del Conocimiento (EIC) -2005-. De éste último participan Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela (obsérvese que encontramos dos países europeos). En lo relativo a la educación superior se plantea como objetivo la creación de un espacio universitario común, integrado, de cooperación universitaria y de convergencia. Dentro del EIC se diseñó el Programa Pablo Neruda (2007), que promueve la movilidad académica de posgrado en un ámbito regional y multilateral.

Espacio Americano de Educación Superior (EAES) – Definiciones clave

Para crear el Espacio Americano de Educación Superior debemos tomar algunas definiciones clave, las que describimos sucintamente a continuación:

A) El marco legal constituye un aspecto muy relevante. Si bien América no cuenta con una organización continental como sí posee Europa, con la Unión Europea, al prevalecer la escuela monista en el continente, un convenio supranacional como el que sustente el EAES podrá ser incorporado a la legislación de cada país sin inconvenientes y en la punta de sus pirámides legales.

B) Estructura de estudios universitarios: se prevé la existencia de tres niveles: pregrado (tecnicaturas), grado (título universitario profesional) y posgrado (especializaciones, maestrías y doctorados). El primero de ellos, pregrado, antecede a una carrera de grado; comprende estudios superiores de nivel terciario (tecnicaturas) con una duración de entre 2 y hasta 3 años, con un puntaje máximo de 180 CRAC. En tanto grado está relacionado con el primer título universitario profesional con una duración de entre 4 y hasta 6 años, con un puntaje máximo de 320 CRAC. Finalmente, el nivel de posgrado comprende el cursado y finalización de especializaciones, maestrías y doctorados, con una duración de entre 3 y 4 años, y un puntaje máximo de 240 CRAC (60, 120 y 240 respectivamente).

C) Competencias transversales: capacidad de resolución de problemas; capacidad de organización del trabajo; ductilidad; responsabilidad; capacidad para trabajar en equipo; autonomía; inteligencia emocional; empatía.
Competencias técnico-profesionales: dominio de los conocimientos básicos y especializados; dominio de las destrezas y técnicas requeridas en la profesión; capacidad de organización, coordinación, gestión del entorno, trabajo en red, adaptación e innovación.

D) Sistema de acumulación y transferencia de créditos académicos (CRAC): se define como la unidad de medida del haber académico que representa la cantidad de trabajo del estudiante para cumplir con los objetivos del plan de estudios al que se accede una vez aprobada cada una de las asignaturas que conforman su itinerario académico. Su asignación replica el esquema concebido en el EEES, aunque se cambia su denominación con el fin de universalizar su aplicación quitándole la identificación geográfica. El objetivo final es realizar un acuerdo entre ambos Espacios (europeo y americano) de reconocimiento mutuo de créditos.

E) Sistema de calificaciones: El sistema de calificaciones será numérico en una escala de 0 a 10. La escala será: de 0 a 4,99: suspenso; de 5 a 6,99: aprobado; de 7 a 8,99: notable y de 9 a 10: sobresaliente (habilitándose para éste último tramo la posibilidad de otorgar una “Matrícula de Honor”).

F) Suplemento al Título: se trata de un documento que acompaña a cada uno de los títulos universitarios oficiales brindando información detallada de cada titulado con el fin de promover la movilidad de estudiantes y graduados dentro del EAES. Contendrá: datos del estudiante; datos del Título -área de conocimiento- y de la Institución que lo expide; nivel y duración del programa realizado; contenidos con programa de estudios detallado y calificaciones -expediente académico – créditos otorgados-; función de la titulación / condición profesional; Información adicional; certificación -firma reconocida.

G) Sistema de acreditación universitaria: es necesario establecer un sistema de autoevaluación y de evaluación externa de calidad que establezca niveles mínimos de calidad institucional y de enseñanza proponiendo la adopción del denominado Modelo CIPOF que concibe 8 estándares de calidad y 16 indicadores. Scheele (2009) explicita un modelo de acreditación denominado CIPOF ideado por D. Van Damme. Acordamos su pertinencia para ser aplicado al EAES. La siguiente Figura lo ilustra:

 

Epílogo

Un acto fundacional requiere no sólo de voluntad sino de sólidas bases, principalmente cuando comprende un número infinito de personas de diferentes latitudes, culturas y centurias. Su grado de sostenibilidad dependerá de cuán prolija y completa sea su concepción.

Hemos reseñado la exitosa e inspiradora experiencia europea que representa el EEES, la historia y características de la educación superior en América, la escasa diversidad idiomática, el sitio que le cabrá ocupar a un acuerdo supranacional en la pirámide legal de cada Nación, y los aspectos clave a considerar en su creación y administración. Claramente contamos con varias fortalezas en las que podríamos basar su fundación y administración.

Fomentar el aprendizaje permanente en cualquier momento de la vida y país del continente, promoviendo la movilidad de estudiantes y graduados a nivel local, nacional e internacional reconociéndole los estudios cursados y aprobados representa una verdadera oportunidad de formación de ciudadanos globales capaces de dar a la sociedad respuestas probas a sus demandas.

Por todo ello, crear el Espacio Americano de Educación Superior constituye una decisión impostergable.

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Bibliografía
Documentación Legal
DECLARACIÓN DE BOLONIA, Bolonia, Italia, 19 de junio de 1999.
DECLARACIÓN DE PRAGA, Praga, República Checa, 19 de mayo de 2001. Hacia el Área de la Educación Superior Europea; Declaración del encuentro de los Ministros Europeos en funciones de la Educación Superior en Praga, 19 de mayo del 2001.

Literatura científica
COVIÁN, F. G. (1988). Las tres raíces de la universidad norteamericana. Cuenta y razón, (39), pp. 7-12.
DELGADO C., Aura Adriana y CORDERO BORJAS, Ana Emilia (2007). El transitar de la universidad latinoamericana. Revista educación en valores, no 7, pp. 76-93.
EACEA 99 Eurydice (2011). La educación superior en Europa 2010: el impacto del proceso de Bolonia. España: Estilo Estugraf Impresores s.l.
PÉREZ DE LOS COBOS, A.P. (2011). La evaluación de la docencia y aprendizaje en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior (Tesis doctoral). Universidad Católica San Antonio, España.
SKINNER, B.F. (1994). Sobre el Conductismo. Buenos Aires: Editorial Planeta Argentina SAIC.
SOTILLO, J.A., RODRÍGUEZ, I., ECHART, E. y OJEDA, T. (2009). El Espacio Iberoamericano de Educación Superior. Diagnóstico y propuestas institucionales. Documento de Trabajo N° 9. Madrid: Fundación Carolina – CeALCI.
TÜNNERMANN BERNHEIM, C. (2003). La universidad Latinoamericana ante los retos del siglo XXI. México: JL Servicios Gráficos SA.
VYGOSTKY, L. (1986). Thought and Language. Massachusetts: Massachusetts Institute of Technology Cambridge.
Webgrafía
ESPACIO EUROPEO DE EDUCACIÓN SUPERIOR – Sitio Oficial. Recuperado de: http://www.eees.es/. (Consulta: mayo de 2020).
OEA – Sitio Oficial. Recuperado de: http://www.oas.org/es/. (Consulta: mayo de 2020).
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