Asociación Interamericana de Contabilidad

DESIGN THINKING, AGREGANDO VALOR A LOS NEGOCIOS Y LAS PERSONAS

Por CPC Patricia Llanos Ocampo

Miembro de la Comisión Técnica de Administración y Finanzas – AIC

Correo: pattylloc@hotmail.com

En el proceso de creatividad e innovación es parte esencial conocer las técnicas o metodologías que nos permitan concretar ideas y soluciones que sean útiles para nuestra organización o modelo de negocio. Una de esas técnicas es el Design Thinking (Pensamiento del diseño), que me parece fabulosa por la variedad de opciones que podemos aplicar de forma visual y espontánea, dependiendo del reto u objetivo que tengamos por alcanzar.

 

Para el  caso de encontrarnos  desarrollando un servicio de asesoría empresarial  en el que tenemos que definir servicios  innovadores para un sector especifico de la industria, solemos enfrentarnos a varios retos:

 

  • Un mercado con muchas opciones en el que se obliga a presentar algo nuevo.
  • Un usuario segmentado que tiene muchas expectativas de mejorar su negocio y su calidad de vida; y cuya respuesta puede ser impredecible.
  • Un servicio que para el gestor puede ser ideal pero que necesita ser validado por el usuario.
  • Evitar problemas y altos costos en el desarrollo de productos y servicios que no sean la solución al problema del usuario.

 

La elaboración de un prototipo nos ayuda a validar la viabilidad de un nuevo producto o servicio con el feedback del usuario y como se percibe en el mercado, antes de pasar a las fases de producción o implementación.

 

Considero que la metodología del Design Thinking (creada en Stanford), con su característica visual y práctica, nos puede ayudar en esos retos, aplicando las 5 fases de su proceso y las técnicas que mejor se adapten a lo que necesitamos. Estas fases se resumen en la siguiente figura:

Figura 1:  Fases de Design Thinking

Fuente: Recuperado de https://www.businessadn.com/blog/design-thinking-concepto/

Ahora bien,  para cada fase del proceso de Design Thinking existe un amplio abanico de técnicas que se  podrían aplicar, siendo necesario seleccionar aquella que mejor se adapte a  la propuesta de valor que queremos dar a nuestros usuarios o clientes. Sin que sea limitativo,  en la Tabla 1 se presentan algunas de esas  técnicas para iniciarse e involucrarse en  el  proceso creativo.

Tabla 1:

Proceso y técnicas del Design Thinking

Fuente: Elaboración propia a partir del Design Thinking y sus técnicas.

https://www.designthinking.es/inicio/herramienta.php?id=17&fase=define

Te animo a profundizar sobre el tema,  salir de tu zona de confort y potenciar tu creatividad, combinando las herramientas de nuestra profesión con las técnicas del Design Thinking, las cuales tal vez ya aplicas intuitivamente y sólo necesitas plasmarlas en un proceso objetivo.

 

Elige un lugar lúdico, lejos de tu escritorio formal,  de la rutina y de toda influencia.   Toma  papel,  lápices de colores, post-it  y empieza a realizar tu diseño con la colaboración de tu equipo más cercano.  Partamos del supuesto que nuestro cliente desea implementar un sistema de información integral en la nube.

 

Lo primero será empatizar ponerte en el lugar de tu cliente,  el emprendedor o empresario al que brindas tu servicio de asesoría empresarial.  Puedes aplicar el mapa de la empatía para conocer las necesidades que el tiene, los problemas que lo abruman y el entorno que lo rodea (socios, trabajadores, proveedores, organismos supervisores, competidores, familia, etc.)  respondiendo preguntas sencillas pero con mucho valor intrínseco. Es importante considerar todos los aspectos que le interesan.

La matriz para la combinación Cliente-Sistema  se lee así: ¿Que espera el cliente del sistema? Rapidez (en línea), información de calidad, indicadores relevantes, reportes ágiles y útiles, seguridad, firmas electrónicas. De esta forma puedes dar lectura a todas las combinaciones posibles.

 

También puedes utilizar el benchmarking comparando, en el mercado, con lo que  hacen los mejores, los líderes, los modelos en el ramo. ¡Supéralos!

 

Tercero,  pasa a generar la solución con la aportación de ideas que pueden llegar desde diversas partes: del cliente, del equipo, de los modelos, etc. Particularmente me he sentido muy cómoda utilizando la técnica del mapa mental y la muy conocida técnica de “brainstorming”, que facilitan la creatividad y la innovación, por ser espontáneas y sin filtros. Se aceptan todo tipo de ideas  así sean las más disparatadas o extravagantes, todo vale, luego sustituye, combina, adapta, reduce hasta tener la idea final del servicio que la puedes describir en un dibujo o gráfico con sus características más relevantes.

 

Como  cuarto paso desarrolla el prototipo del servicio a través del maquetado para el cual puedes utilizar el mapa del sistema con sus principales funcionalidades, interrelaciones y modelos de reportes, destacando como atiende las necesidades del cliente, todo de forma visual y virtual. El Prototipo tiene un valor importante porque es la idea materializada en detalle y que se validará con el usuario.

 

Finalmente, el testeo o evaluación por el cliente, que es una fase esencial para mejorar y aportar valor al prototipo antes de que el sistema ingrese  a la fase de test y luego a producción. Se puede validar el sistema en un entorno real, también   podemos aplicar la prueba de usabilidad a través de preguntas que cubran los requisitos solicitados por el cliente y los apuntes de testeo para procesar toda la información que se recoja en esta fase para mejorar el prototipo del servicio y evitar sobrecostos posteriores en la fase de implementación. Lo importante es que el cliente este satisfecho y obtenga lo que busca y podamos contar con su fidelidad.

 

Como corolario una reflexión meditada: Para que nuestras ideas no queden sólo escritas  en un papel, cuaderno   o  archivo virtual, es vital aplicar una metodología de trabajo que nos permita obtener el mejor resultado a partir de nuestra capacidad creadora, una de ellas, por todo lo visto, es sin duda el Design Thinking, que además de canalizar la creatividad y la innovación a través del pensamiento divergente puede ser una herramienta muy importante  para dar forma  a una oportunidad de negocio, descubrir áreas sin atender,  optimizar e incrementar el valor de los productos o servicios que ofrecemos a nuestros clientes, incluso aplicarlo a nosotros mismos para mejorar nuestra calidad de vida profesional y personal. ¿Te animas a utilizarla? ¡Yo ya lo hice y me fascino!

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