Asociación Interamericana de Contabilidad

DEL SHOCK A LA ACCIÓN

Por John Apolo Willams

Miembro de la Comisión de Administracion y Finanzas

Correo: john.apolo@gmail.com

 

El presente artículo, ha sido extractado del libro DEL SHOCK A LA ACCIÓN cuyo autor es Julio Jose Prado. Mayo 2021. IDE Business School, que nos proporciona 5 pasos – no como un recetario – que permite tener una mentalidad y herramientas indispensables para resurgir y adaptarse en medio del caos, traduciéndose la palabra en ingles shock como choque, que define el RAE como una “emoción o impresión fuertes”.

PRINCIPIO DE INNOVACIÓN RECOMBINANTE

 

Proceso de innovación a partir de la recombinación o reutilización de tecnologías existentes para resolver nuevos problemas. El concepto lo definió Andrew Hargadon (2003) en el libro How Breakthroughs Happen.

 

El año 2020 fue el año del caos. La humanidad carece de antecedentes históricos respecto de una crisis tan globalizada y generalizada como la actual. Aún en la Gran Depresión de los años 20, los procesos tuvieron tiempo de desarrollo; hoy, el shock se contagió tan rápido a tantos países como industrias.  Se trata de una crisis instantánea: en un corto lapso, el sistema productivo global entró en recesión.

 

Esta crisis es coyuntural, en virtud de que la humanidad dispone, gracias a la investigación científica nano-biológica, una variedad amplia de vacunas para contrarrestar la actual pandemia del COVID-19. La crisis es generalizada sin afectar a un sector específico. No es una crisis hipotecaria, ni energética, ni política y tampoco social. La pandemia afectó a la humanidad en todos los sentidos: horizontal y vertical, a través de todos los estamentos sociales orgánicos. Pero sí podría convertirse en una crisis estructural para muchos sectores si no se toman las acciones necesarias a fin de reenfocar la estrategia empresarial y la política productiva.

 

Xavier Ferráz, en Sintetia.com, nos dice: “Imitar nos lleva a la pobreza conceptual y económica: las empresas indiferenciadas están condenadas a márgenes nulos. Sólo podremos competir con éxito si somos capaces de generar y poner en práctica, de forma permanente, ideas sustancialmente creativas, diferenciales y diferenciadoras.

 

De crisis anteriores, la humanidad dispone de experiencias referenciales para enfrentar diferentes problemáticas generadas en esta crisis. Existe una infinidad de recetas de aplicación inmediata, ante diversas situaciones que se han presentado en el aparato productivo nacional, regional e internacional, sin embargo, la crisis del COVID-19 carece de puntos de referencia. Todos somos novatos.

 

La primera gran conclusión que debemos digerir es que las crisis no se evitan. Las debemos enfrentar como vienen.  Se parece mucho al surf. Las olas vienen de diferentes formas, tamaños y fuerzas. Debemos mejorar lo que podemos controlar, pero hay circunstancias por fuera de nuestro control: el clima, las olas, la marea, las personas, entre otras cosas. En el surf, como en la vida, es muy complicado tratar de controlar o anticipar todas las variables que van a ser la diferencia entre el éxito y el fracaso al tomar la siguiente ola.

 

Con una crisis sin precedentes, con empresas buscando subirse a las olas equivocadas, con hacedores de política pública tratando de reaccionar usando metodologías de crisis pasadas, absolutamente inservibles para un entorno volátil y complejo como el actual, con gremios y asociaciones productivas que están desesperadas por dar respuestas a sus afiliados, pero que no encontraron mejor solución que redactar cartas, a las que amablemente denominaremos “cartas a Papá Noel”, porque parecen estar esperando que la solución les caiga de algún lado. Con empresas que, por buscar sobrevivir, tomaron acciones que podrían parecer adecuadas en el cortísimo plazo, pero que bien pudieran ser la sentencia de quiebra definitiva en el largo plazo.

 

Debemos dejar de vender humo. Esto es la vida real, no la versión idealizada de algún consultor que leyó un libro de innovación disruptiva. Hablamos de cómo realmente se hace innovación en la mayoría de los casos.  Es decir, recombinando elementos ya existentes para crear algo nuevo. Eso se llama formalmente “innovación recombinante”, que nace de lo que ya tenemos en nuestro entorno, nuestra ciudad, nuestro barrio o nuestra empresa, pero re-acoplando los elementos bajo una óptica distinta, que nos permita enfocar rápidamente la creación de nuevas ideas u oportunidades; afinarlas en función de nuestros recursos y habilidades actuales, y crear un plan de acción ágil y realizable, que nos posibilite explorar esas nuevas ideas y convertirlas en innovación.

 

Debemos seguir justamente la premisa de recombinar elementos de la estrategia empresarial bajo los lentes de la evolución, la crisis, el caos y la complejidad.  Conceptos que son esenciales para entender por qué las metodologías tradicionales no funcionan al enfrentar entornos de alta incertidumbre. Es decir, es un esquema conceptual diferente. Estamos todos de acuerdo en que de nada sirve una idea si no es ejecutada en forma adecuada.

 

Tenemos cinco pasos sencillos y muy necesarios. Pasar del shock a la acción no es un proceso solitario, sino colaborativo a todo nivel.  Manejar ese proceso no es una ciencia sino un arte, pero un arte con cierta lógica y metodología detrás. Lo suficiente para caminar rápido hacia la acción, pero sin eliminar el proceso evolutivo, innovador y creativo que es absolutamente indispensable cuando se está en medio del shock.

 

De cierto modo, es el peldaño que se necesita para poder pensar en estrategias de desarrollo industrial y nacional de mediano y largo plazo.  De hecho, los conceptos aplicables a la crisis actual y con sentido de urgencia e inmediatez, tienen mucho que ver con el reto de crear transformaciones en nuestros países, nuestras ciudades y nuestros sectores productivos.

 

LOS CINCO PASOS

 

DIAGNÓSTICO ÁGIL Y REALISTA

 

Si bien puede parecer muy lógico que un plan parta de un diagnóstico, con mucha frecuencia encontramos que este es un paso que se hace a la ligera o simplemente no se hace. Los empresarios y emprendedores son especialistas en querer pasar a la ejecución. Pero si no saben qué es lo que deben resolver, ¿cómo van a resolverlo?

 

Un buen diagnóstico debe ser suficientemente informativo y útil pero que no requiera de un largo, caro y engorroso procedimiento.  Obtener la mayor cantidad de información del entorno social, económico y político en el que nos desenvolvemos, y depurar esa información para tomar las mejores decisiones, será lo que abordaremos en el diagnóstico realista, analizando los elementos que se mantienen estables, incluso en medio de una crisis, y aquellos que cambiarán definitivamente dando lugar a nuevas tendencias y comportamientos.

 

NUEVO PARADIGMA

 

No podemos pretender resolver problemas con un esquema mental y herramientas inadecuadas. Existen distintos tipos de problemas que se pueden categorizar según cuán fácil o difícil resulta identificar las causas y los efectos que los crean. Cuando enfrentamos un problema lineal, el orden, los procesos y las mejores prácticas son muy recomendables.  Cuando enfrentamos problemas complejos, debemos usar técnicas adaptativas, que no suelen llevarse bien con los organigramas y las órdenes lineales. En este paso debemos saber distinguir cuándo usar un cierto tipo de metodología y en especial aprender a cambiar nuestra forma de abordar los problemas.

 

DISEÑO DE ESCENARIOS

 

No se trata de convertirnos en futurólogos, pero con algunas herramientas sencillas podemos entender en qué punto de la coyuntura nos encontramos y cómo se varían distintos panoramas del futuro cercano si llegan a juntarse tales o cuales variables.  Y sobre la base de ese escenario diseñado del futuro, definir con metodologías de backcasting los pasos a seguir para construir, o evitar, tales posibles escenarios.

 

¿A quién no le ha pasado que justo cuando tenía todas las respuestas listas, le cambiaron las preguntas? Todos nos hemos sentido así durante una crisis o periodo de incertidumbre. A través del diseño de escenarios, este paso nos permite abordar la problemática de tener que apuntarle a un objetivo en movimiento, con un plan estático.

 

BUSCAR INSPIRACIÓN

 

¿De dónde nacen las buenas ideas? Debemos adentrarnos en el momento de ideación y creatividad para procurar diseñar espacios y metodologías que nos permitan generar la inspiración suficiente para encontrar una luz al final del túnel de las crisis.

 

Si queremos obtener las respuestas correctas, primero debemos aprender a hacer las preguntas correctas.  Todo proceso de innovación, por más difícil y complejo que termine siendo, siempre se inicia con una primera reunión o una primera conversación, y por eso aprender a diseñar reuniones y conversaciones productivas es tremendamente importante. Para pasar rápidamente a la acción, es esencial usar una metodología que permita obtener ideas creativas, pero al mismo tiempo pragmáticas.

 

PLAN DE ACCIÓN

 

El plan de acción es un resultado de los pasos anteriores.  Si nos saltamos pasos, creyendo que podemos ser muy rápidos y ejecutivos, con seguridad terminaremos caminando muy rápido, pero con destino al despeñadero.

 

Hemos idealizado de manera equivocada el proceso de creación e innovación. Para pasar del shock a la acción es indispensable recombinar elementos existentes y a nuestro entero alcance, en lugar de perseguir unicornios disruptivos.

 

Necesariamente debemos lograr una priorización adecuada de nuestras ideas, que nos lleven a enfocar los esfuerzos en las acciones que realmente agregan valor en el corto plazo, y evitar así aquello que denominamos “cartas a Papá Noel”.

 

 

De forma individual, estos pasos son muy importantes; pero en conjunto, como están presentados, constituyen un proceso poderoso para pasar del shock a la acción. Esencialmente no son metodologías nuevas, ni conceptos sobre los que no se haya escrito antes; pero siguiendo el principio de INNOVACIÓN RECOMBINANTE, lo que vamos a lograr es juntar “viejas ideas” que, una vez recombinadas, crearán un producto que no hemos visto hasta ahora.

 

CONCLUSIÓN

 

Pudiera aparecer obvio y repetitivo el discurso planteado, sin embargo, en el Ecuador se presentó la interesante oportunidad de aplicación, para enfrentar el proceso de vacunación masiva para el COVID-19. El anterior gobierno empantanó el proceso, corrompiéndolo de principio a fin, con negociaciones muy turbias y una distribución nada transparente. Debieron pasar una serie de media docena de ministros de salud pública, en menos de un año, sin alcanzar un proceso serio y oportuno.

 

El Gobierno entrante aplicó este proceso, convirtiendo al Ecuador en el país líder en la aplicación de vacunas a través del PLAN DE VACUNACIÓN 9/100, plan que contempla aplicar el antiviral intramuscular, en dos dosis, a 9 millones de ecuatorianos en el corto lapso de los primeros cien días del nuevo gobierno.

 

Se utilizaron los recursos existentes y a la mano, con una dirección fácil y rápida, con una negociación multilateral con los proveedores, así como con aquellos gobiernos amigos que ofrecieron su contingente material, sin distingos políticos, económicos o sociales.

 

Si este proceso es exitoso, a nivel gubernamental, ¿por qué no podría ser exitoso a nivel microeconómico? Es una metodología inteligente, simple, fácil y muy económica.

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