Ateneo – Diálogos entre la universidad y la sociedad: la extensión

El Ateneo, es un espacio que la Comisión de Educación ha instalado como una modalidad de capacitación que se caracterice por ser un espacio de reflexión y de socialización de saberes en relación con las prácticas docentes en nuestros países. Este Ateneo se realiza uno por mes y en este mes de octubre el tema fue “Diálogo entre la universidad y la sociedad: la extensión”.

La extensión es una función universitaria en la que se enfatiza la relación de la universidad con la comunidad en la que está inmersa. Originalmente se la entendía como llevar el conocimiento universitario a la sociedad, “extender” la presencia de la universidad en la sociedad y relacionarla íntimamente con el pueblo. Sin embargo, su concepción ha cambiado a lo largo del tiempo hacia el establecimiento de un diálogo entre la universidad y la sociedad de manera que ambos actores se vean beneficiados.

En muchas universidades hispanoamericanas, se entiende a la extensión como una de las tres funciones universitarias fundamentales: enseñanza, investigación y extensión. La extensión considera a la educación como un bien público social y un derecho humano y universal.

Es un proceso educativo transformador donde todos aprenden y enseñan, se busca un intercambio horizontal entre el saber académico con el popular y se intenta generar procesos de comunicación dialógica donde los actores sociales participan junto a los universitarios tanto en la planificación y la ejecución como en la evaluación del proceso. Es un proceso a través del cual se busca resolver problemáticas de la sociedad considerando los tiempos de los actores sociales involucrados.

La extensión incluye un amplio campo de prestación de servicios y sus destinatarios pueden ser muy variados: grupos sociales populares y sus organizaciones, movimientos sociales, comunidades locales y regionales, gobiernos locales, comunicades educativas, el sector público y el sector privado

El desarrollo de la extensión universitaria, desde su nacimiento, ha estado ligada con el grado y tipo de vinculación que ha tenido la universidad con la sociedad y con los principios filosóficos que regían la educación superior. En un principio las universidades se encontraban aisladas y su enseñanza se caracterizaba por estar concentrada en cierto grupo social. Con el surgimiento de la Revolución Industrial comenzaron las primeras interacciones de la universidad con la sociedad y el desarrollo de la extensión. Sin embargo, esta apertura de la enseñanza superior hacia la sociedad, en realidad no parece responder a los intereses de toda la sociedad, sino más bien a los intereses del poder, ya que la actividad extensionista se inicia como respuesta de las universidades al crecimiento industrial de las grandes potencias de la época. En América, las ideas progresistas de los movimientos independentistas influenciaron de forma diferente sobre lo que se concibió como extensión universitaria. Allí el énfasis estaba colocado en la aspiración de que las clases marginadas pudieran acceder a la enseñanza superior, colocándola en función del desarrollo social de las comunidades. En 1918, cuando surge La Reforma de Córdoba, en Argentina, se origina una ruptura con los viejos cánones de la universidad en Latinoamérica, produciéndose el planteamiento de la necesidad del fortalecimiento de la función social de la Universidad a través de la Extensión Universitaria. Aparece así una nueva función de la universidad latinoamericana: la misión social de poner al servicio de la sociedad el saber y ocuparse los problemas de entorno. A partir de la década del 50 se desarrolla un período caracterizado por la orientación hacia la conceptualización de la Extensión Universitaria, que garantizara la sistematicidad y coherencia de su función social. Sin embargo, en general, la extensión se consideraba como una acción unidireccional, donde la Universidad, custodio del saber y la cultura, transmitía estas al pueblo. Recién en 1972, al realizarse un análisis de la misión social de la universidad, la situación de la sociedad y la actitud de la universidad respecto a ella comienza a perfilarse la nueva concepción que considera a la extensión como un proceso de interacción y creación de la universidad con la sociedad para contribuir a su transformación y perfeccionamiento.

En este evento, se pudieron intercambiar diferentes experiencias y percepciones entre los participantes, que presentaron actividades de extensión relacionadas a temas académicos, a temas de ejercicio profesional, a temas de medio ambiente pero también a temas culturales.

Es así que se comentaron de proyectos sobre práctica profesional, asesoramiento a ONG, Parque Tecnológico con  incubadora de empresas de egresados multidisciplinarios, formadores de empresa, proyecto de Música de Cámara Cusqueña, responsabilidad social empresarial, capacitación a pequeños comerciantes, reforestación de bosques quemados, recuperación de corrientes de agua retirando residuos, promoción de productos regionales con cálculo de costos y fiscales, criaderos de truchas, consultorio empresarial universitario (preparación de carpetas para financiación), educación tributaria a empresarios, emprendedurismo para empresas familiares, apoyo sicológico y emocional a empresas familiares, fortalecimiento del ahorro, convenios con servicios de rentas internas, grupos de apoyo fiscal, enfoque para el bienestar social, vinculación e interactuar con el entorno, responsabilidad social empresarial, formación continua, inclusión y problemas sociales a atender, apoyo en microfinanzas, estudiantes capacitados por organismos fiscales, programas sociales, servicios gratuitos a la sociedad, asesoramiento a público en general, formación de empresas, internacionalización de la universidad, convocatorias con investigación, apoyo a la comunidad, áreas de extensión vinculados a costos, contabilidad, finanzas, tributación, auditoría y tecnología, investigación por proyectos sociales por equipos multidisciplinarios, responsabilidad social ciudadana, programas sobre financiación y deudas, talleres de integración, servicio a la comunidad, vínculos con egresados, acuerdos con asociaciones de profesionales, dictado de cursos a personas privadas de libertad, formalización de emprendimientos para hogares monoparentales y de jefas de familia y acercamiento del estudiante al desarrollo social.

Se plantearon también tres temas muy importantes con referencia a la extensión. Uno tiene que ver con la acreditación de carreras donde deben analizarse varios indicadores vinculados a la extensión como cantidad de proyectos terminados, alumnos que participaron, impacto en la comunidad de cada actividad desarrollada, política institucional, entre otros. Otro tema que se planteó fue una posible competencia con los profesionales, cuando se realizan actividades de asesoramiento a empresas o personas en condiciones de pagar un servicio profesional, pero que acceden forma gratuita al servicio. También se destacó la importancia que se difundan la realización y los resultados de esas actividades de extensión a la comunidad.

Las importantes y extensas aportaciones de los participantes hacen inconveniente su presentación resumida, por lo que invitamos a ver el video completo, que tiene muchos aportes de interés. De los asistentes hicieron uso de la palabra, algunos de ellos más de una vez: Leila Di Russo (Argentina), María Antonieta Olivares (Perú), Elva Bernal (Paraguay), Janneth Cando (Ecuador), José Carlos Dextre (Perú), Lucía de Santiago (México), Dino Francisco Parra (Ecuador), Idrián Estrella (Ecuador), Gabriel Trucco (Argentina), Liliana Bejarano (Bolivia), Digna Azúa (Chile), Caridad Irausquin (Chile), cerrando Mario E. Díaz (Uruguay).

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