Contabilidad del presente y del futuro: un miedo efímero…

Lic. Juan José Retana Álvarez
CPA – CPI Miembro de la Comisión de Administración y Finanzas – AIC
Correo: juan.retana.alvarez@gmail.com

La prueba de una innovación no es su novedad, ni su contenido científico, ni el ingenio de la idea… es su éxito en el mercado – Peter Drucker

Existe una preocupación entre el gremio financiero, y es el futuro, pues se visualiza como una amenaza a la automatización de procesos y en la cantidad de trabajo que ahorra , cuando un sistema contable resuelve gran parte de los aspectos iniciales del ciclo contable, y reduciendo un porcentaje significativo de error humano. Lo cierto es, que, en lo magno del globo occidental, no se vive bajo un esquema marxista , donde el plusvalor estaba condicionado, en parte, por la duración de la jornada laboral, su intensidad y la fuerza productiva. Vivimos en una época postmarxista, donde se debate entre el neoclasicismo, el keynesianismo, y la adaptabilidad económica .

Hoy en día, y más que nunca, el cambio es imperativo en el día a día, tanto a nivel estructural como cognitivo. Las brechas generacionales cada vez son más amplias en menores segmentos temporales, y los mercados mutan día con día como si fuese el tipo de cambio. Fue la economista danesa Ester Boserup la que dijo “la necesidad es la madre de la inversión”, por lo que, es parte del quehacer del contador velar porque se mantenga una necesidad latente de la presencia de éste donde sea que vaya, pues, de esta forma es que los inversionistas, empresas y demás entidades, deseen su presencia. A su vez, es necesario que se haga una actualización normativa constante, en las que cada vez se abarquen más nichos, y plasme que esa “fe pública” que poseen, debe de tener sustento convincente ante toda la comunidad internacional .

Es soberbio cómo, para el Informe del Futuro de los Empleos 2018 indicaba que podrían surgir 133 millones de empleos para 2022 , y eso sin contar una pandemia de por medio. El COVID – 19 sentó bases para un cambio en la morfología de los negocios y sus nichos de mercado sin precedentes, acelerando procesos informáticos que hubiesen llegado, tal vez, en años ulteriores. El contador debe de estar familiarizado con los aspectos más intrínsecos de la realización de negocios, y la virtualidad gestada por el 2020 es parte dé. La contabilidad del presente no solo se basa en cómo se toman las decisiones en el día a día, sino que es cada vez más proyectiva e incisiva en sus análisis.

El desarrollo digital, lejos de ser una amenaza, debe de verse como una realidad. Aceptando este hecho, se puede explotar a favor de la profesión, para llegar a dedicar menos tiempo en aspectos triviales, y mucho más en la interpretación asertiva que eleva la esencia del contador, en un contribuyente prácticamente imprescindible de la sociedad. En el pasado, la contabilidad se distinguía de otras prácticas financieras por ser considerada como el análisis de un eterno presente; la verdadera coacción vivida estos últimos años, en lo que a mí respecta, es acerca de la perturbación de esta visión, pues la practicidad del contador ha cambiado de analizar los números del día a día de una empresa, a cumplir un rol mucho más extrapolado de sí, por lo que se puede encontrar un sentimiento de otredad hacia la profesión si no se llega a ser cada vez más integral, donde la ciencia de datos y la legislatura, tienen una relación mucho más homoscedástica con la contabilidad de lo que se creía.
El profesional debe centrarse en el crecimiento personal, perfeccionar el conjunto de habilidades técnicas existentes y desarrollar habilidades que son cada vez más importantes, con el fin de mejorar el análisis de datos, evaluando las nuevas tendencias digitales que se podrían implementar en los procesos; para tener criterios cada vez más acertados y para facilitar el proceso de toma de decisiones, ya sea para usuarios internos o externos de la información financiera, dando ese valor agregado a ese ciclo de eficacia continuo. El compromiso, obligación, deber, cometido, tarea, carga, competencia, incumbencia, debe ser participar el mejoramiento continuo de la profesión contable y mitigar cualquier incertidumbre que existiese en el entorno de nuestra competencia profesional.
Por consiguiente, si la contaduría se adapta, de manera asertiva, a cualquiera de los cambios que se den en la práctica de las distintas posturas económicas, y, además, siendo promotores de distintas soluciones en el corto, mediano y largo plazo, como profesionales, no debemos de tener miedo. Se considera que el futuro es un miedo efímero no porque no pueda ser realidad que seamos sustituidos, sino porque, esto ocurrirá según la inversión constante que se realice en buscar soluciones óptimas ante las distintas situaciones. Lo cierto es que la contaduría y las finanzas se necesitarán por cuanto el sistema busque orden, y esta profesión busca sedimentar las bases del mundo financiero. Por lo tanto, se concluye que para que esta rama crezca, se deben de aceptar los distintos retos venideros, y no sucumbir ante el miedo de su existencia.

Bibliografía

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